Es extraño porque existieron esas pausas largas que antes existían pero no resultaban ser incómodas. Uno mira a las personas pasar mientras las critica mentalmente y el otro finge que se puede concentrar en su lectura. De esta forma se rellenan dichas pausas.
Bien saben que no es lo mismo. Tanto tiempo sin hablar y de repente querer reanudarlo todo es un atrevimiento de lo más ambicioso. Pero no hay retroceso ahora que están sentados uno al lado del otro en una banqueta fingiendo tranquilidad.
Encantaría poder borrar ciertas partes del cassette, es tremendo el dolor y la tortura al recordar momentos que ahora se ven tan lejanos . . . Incluso se puede llegar a creer que quien fue herido ha perdonado todo, mientras que el que hirió no se ha perdonado ni a sí mismo. Ironía a tono del momento.
Cómo hacer para pedir perdón.
Cómo hacer para decir todo lo que se ha reprimido.
Dolor, decepción, nudos en la garganta, desesperación, arrepentimiento…
Y si viera hacia atrás y entendiera el porqué.
Y si al menos una cosa entre todo hubiera sido diferente…
Absurdo momento silencioso, que debe ser todo menos eso.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario